La estrategia vence a la táctica: “El timing no lo es todo”
|Nadie quiere invertir en los momentos álgidos del mercado de renta variable. Pero ¿es el mal timing relevante a largo plazo? ¿Cómo se compara con la renta fija?
Los mercados de renta variable han alcanzado repetidamente nuevos máximos este año y las valoraciones son actualmente muy exigentes. La subida de los tipos de interés de los últimos años parece haber llegado a su fin; muchos de los principales bancos centrales están volviendo a bajar sus tipos de interés oficiales. Esto significa que el patrimonio invertido en fondos del mercado monetario deberían redirigirse hacia clases de activos de mayor riesgo. Pero ¿Cuándo es el momento adecuado para invertir en renta variable?
Las inversiones en renta variable requieren un horizonte de inversión a largo plazo; es preferible invertir de manera recurrente que esperar a que se registren nuevos mínimos.
Invertir regularmente en renta variable, con independencia de la evolución reciente del mercado (lo que se conoce como «coste promedio»), es una estrategia de inversión sólida para crear riqueza y da mejores resultados de lo que se suele suponer. Encontrar un buen punto de entrada suele ser difícil. Pero ¿es esto necesario? Es cierto que los inversores a largo plazo suelen conseguir rentabilidades positivas, aunque se equivoquen completamente cada año. Cuanto mayor es el horizonte de inversión, menores son las desviaciones entre el mejor y el peor punto de entrada.
Analicemos un caso concreto: invertimos primero 1.000 dólares al mes («coste promedio»). En segundo lugar, como alternativa, se invierte la totalidad del importe anual (es decir, 12.000 dólares) en el momento final del mes en el que el pico es más bajo (es decir, el mejor momento de inversión; en adelante, «estrategia baja») y, en tercer lugar, en el momento de final del mes más alto (es decir, el peor momento de inversión; en adelante, «estrategia alta»).
Al final de un periodo de 50 años, que se puede ver en el siguiente gráfico, los rendimientos totales anuales (incluidas las nuevas inversiones anuales) difieren sólo ligeramente. La estrategia alta obtiene un rendimiento inferior al de la estrategia baja en un 17% (0.4% anual) y la estrategia de costes promedio obtiene un rendimiento inferior en torno al 10%, es decir, un 0.2% anual. En comparación, el mismo método con bonos del Estado de Estados Unidos habría generado un 86% menos de rentabilidad, es decir, ¡un 3.8% menos al año! Las diferencias de rendimiento también son similares en otros periodos de tiempo. Este hecho aplicaría incluso si no se invierte dinero adicional después del primer año.
El punto de entrada es irrelevante a largo plazo
Fuente: LSEG Refinitiv, Banco J. Safra Sarasin, datos mensuales, dic. 1973 a ago. 2024, estrategia baja/alta/media de costes basada en el MSCI USA net return Index, estrategia de renta fija basada en el Bloomberg US Treasury Index
La diferencia entre las estrategias de inversión tiene una importancia teórica, ya que los máximos y mínimos sólo pueden determinarse retrospectivamente. Sin embargo, la diferencia con la estrategia de coste promedio se reduce a menos de un punto porcentual al cabo de 10 años, una diferencia mínima. Por lo tanto, se recomienda esta estrategia al tener una aplicación sencilla. Cabe mencionar en este contexto que el momento adecuado en los mercados bursátiles es irrelevante cuando se utiliza este método de inversión.
La discrepancia inicial desaparece al cabo de unos años
Fuente: LSEG, Banco J. Safra Sarasin, datos mensuales, dic. 1973 a dic. 2023, estrategia baja/alta/media de costes basada en el MSCI USA net return Index
La renta variable también supera a la renta fija en un periodo de diez años
En el caso de las inversiones en renta variable, un horizonte de inversión de diez años suele considerarse suficiente para lograr una rentabilidad global positiva. Pero ¿La renta variable también supera a una inversión comparable en renta fija durante este periodo? Si comparamos los rendimientos de las estrategias de inversión presentadas con anterioridad a lo largo de los diez años siguientes, como se muestra a continuación, la solidez del rendimiento superior de una inversión en renta variable en comparación con una inversión en deuda pública estadounidense es impresionante, incluso si las inversiones se realizan todos los años en el punto álgido del mercado. En 42 de los 50 años analizados, la renta variable estadounidense obtuvo una rentabilidad superior a 10 años, con una media del 3,6% anual en todos los periodos. Una excepción a la regla es el periodo comprendido entre 1997 y 2002, cuando el mercado de valores se vio afectado por varias crisis sucesivas, sobre todo la crisis asiática y la burbuja de las puntocom. Durante este periodo, la deuda pública estadounidense superó claramente a la renta variable.
Incluso la alta estrategia es mejor que los bonos a más de 10 años
Pero ¿cuánto tardaron los inversores en recuperar las pérdidas de una inversión puntual en renta variable poco antes de una fuerte corrección? Esto representa el «peor de los casos», porque el mal momento del punto de partida no puede compensarse con aportaciones adicionales de inversión. El siguiente gráfico ilustra la cuestión. El peor mes para invertir en renta variable en los últimos 50 años fue marzo de 2000, tras el cual el mercado de renta variable cayó más de un 46% (el mínimo fue en septiembre de 2002) y también fue el que más tiempo tardó (18 años) en volver a obtener beneficios en comparación con la deuda pública estadounidense. Sin embargo, este periodo es una excepción, como muestra una comparación con las otras nueve mayores correcciones bursátiles desde 1974. El gráfico ilustra que el tiempo necesario para lograr un rendimiento superior al de una inversión en deuda pública estadounidense se ha acortado drásticamente en las dos últimas décadas (tras la burbuja de las puntocom), en parte debido a los bajos rendimientos de los bonos. Por término medio, sólo se han necesitado 2,3 años desde 1974 -calculado sobre cada año- para volver a obtener un valor añadido en comparación con los bonos del Estado, a pesar de haber invertido en el punto álgido del mercado de renta variable.
La recuperación tras las grandes correcciones ha vuelto a ser más corta
Fuente: LSEG Refinitiv, Bank J. Safra Sarasin, datos mensuales, dic. 1973 a dic. 2023; las correcciones son pérdidas máximas superiores al 10%, renta variable=MSCI USA net return Index, renta fija= Bloomberg US Treasury Index
El último análisis se basó en una inversión única en el valor más alto a final de mes de cada año natural. Incluso con las estrategias anteriormente consideradas con aportaciones anuales de inversión -especialmente la estrategia alta- el resultado global cambia de forma insignificante.Concretamente en los años 70, el tiempo necesario para que la renta variable vuelva a superar a la renta fija es ligeramente inferior.
Resumen y perspectivas
Los rendimientos de los bonos están cayendo a un ritmo moderado y la prima de riesgo de la renta variable está aumentando de nuevo. Sin embargo, la valoración de la renta variable -especialmente en Estados Unidos - sigue siendo elevada y existen incertidumbres, sobre todo en lo que respecta al entorno económico (¿habrá un «aterrizaje suave»?), la situación geopolítica y los crecientes conflictos comerciales (por ejemplo, el «America first»). Además, el mercado bursátil estadounidense ha alcanzado repetidamente nuevos máximos desde principios de año, el último a finales de septiembre.
Esto plantea una pregunta a los inversores en renta variable a largo plazo: ¿cuándo es el momento adecuado para invertir la liquidez en el mercado de renta variable o aumentar la asignación a renta variable? Como muestra este análisis, la respuesta es obvia: ¡hoy!
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