Qué podría significar el resultado de las elecciones presidenciales en EE.UU. para la economía

• Donald Trump y Kamala Harris divergen en aspectos clave de la política económica, el tema más importante de cara a las elecciones presidenciales.
• Si bien la presidencia es crucial, se necesita el control del Congreso y el Senado para implementar cambios de gran alcance.
• Tanto los demócratas como los republicanos tienen un buen historial en términos de desempeño económico.

Estados Unidos (EE.UU.) se dirige a unas elecciones presidenciales históricas, y antes del evento, las encuestas muestran una intención de voto ajustada entre el candidato republicano Donald Trump y la candidata demócrata Kamala Harris. La incertidumbre sobre quién gobernará la economía más grande del mundo pesa sobre los mercados financieros, y el sentimiento relacionado con el resultado probablemente liderará el camino durante las próximas dos semanas. Ambos candidatos han explicado sus planes, presentando enfoques muy diferentes sobre la política económica, el aspecto más importante para los estadounidenses al decidir por quién votar.  

Organización del gobierno de EE.UU. 

Pero antes de entrar en el posible resultado y cómo podría afectar el futuro de la economía de EE.UU., veamos la organización del gobierno.

EE.UU. es una democracia cuyo sistema político se inspiró en el filósofo francés Montesquieu.

Con una división de poderes, el gobierno se divide en tres ramas, que tienen la capacidad de controlarse mutuamente:

• El Congreso, encargado de legislar.
• El Presidente, encargado de ejecutar.
• La Corte Suprema, que funciona como la rama judicial. 

Según el sistema electoral, EE.UU. se denomina un sistema bipartidista. Eso significa que dos partidos dominan el campo político en los tres niveles de gobierno. Estos dos partidos son el Partido Republicano y el Partido Demócrata. Otros partidos, a menudo denominados en general "terceros partidos", en EE.UU. incluyen el Partido Verde, los Libertarios, el Partido de la Constitución y el Partido de la Ley Natural, según la definición oficial.

El Partido Republicano: Donald Trump   

El Partido Republicano a menudo se refiere como el GOP. Esta abreviatura significa Grand Old Party. En términos generales, apoya ideologías de derecha de conservadurismo, conservadurismo social y libertarismo económico. Los republicanos abogan en general por valores tradicionales, un bajo grado de interferencia gubernamental y un amplio apoyo al sector privado. En resumen, una victoria republicana significaría:

• Énfasis en la libertad individual. 
• Menores impuestos para todos. 
• Mayor financiación militar. 
• Valora los servicios de salud privados y un bajo grado de interferencia gubernamental. 
•  Control fronterizo sustancial y deportación de inmigrantes indocumentados.

El Partido Demócrata: Kamala Harris

El Partido Demócrata, por otro lado, generalmente representa valores ideológicos de izquierda, liberales y progresistas, abogando así por un gobierno fuerte para regular los negocios y apoyar a los ciudadanos estadounidenses. Los demócratas creen en un gobierno poderoso que pueda garantizar el bienestar y la equidad para todos. En resumen, una victoria demócrata significaría:

• Énfasis en la comunidad. 
• Impuestos más altos, especialmente para los que tienen altos ingresos. 
• Reducción de la financiación militar. 
• Valora el acceso equitativo a alguna forma de atención médica apoyada por el gobierno. 
•  Para la residencia de ciertos inmigrantes indocumentados.

Proceso electoral de EE.UU.

Los ciudadanos estadounidenses votan por presidente y vicepresidente cada cuatro años durante las elecciones generales.

Los principales partidos políticos nominan a los candidatos presidenciales y vicepresidenciales en la convención nacional de su partido. 

La mayoría de los estados celebran primarias de 6 a 9 meses antes de una elección presidencial. Los votantes de las primarias eligen a su candidato preferido de manera anónima mediante la emisión de votos secretos. El estado donde se celebra la primaria toma en cuenta los resultados de la votación para otorgar delegados a los ganadores.

Los nombres de los candidatos estarán en la boleta de las elecciones generales, pero no existe un voto directo. En última instancia, los votantes estadounidenses elegirán delegados para reunirse en una convención final, el llamado Colegio Electoral, para decidir quién dirigirá la economía más grande del mundo. Más del 50% de los delegados deben votar por un candidato para que él o ella sea nombrado candidato presidencial, y una simple mayoría de votos no es suficiente.

Y hay una advertencia más: no se trata solo de quién gana la carrera presidencial, sino también de qué partido controla la Cámara, y si es posible. Después de las elecciones de 2019, el control de la Cámara está en juego: los republicanos tienen una escasa mayoría de 220 escaños frente a los 212 que tienen los demócratas. Hay tres escaños vacantes, anteriormente ocupados por un republicano y dos demócratas.

Las Cámaras divididas de manera estrecha se han vuelto más comunes en los últimos años y han hecho que la aprobación de legislación importante sea más difícil, aunque no imposible. El escenario ideal para grandes cambios en las políticas sería tener el control del mismo partido en los tres actores legislativos: la Cámara, el Senado y la Presidencia.

Por último, pero no menos importante, hay siete estados oscilantes, también conocidos como estados en disputa. Los estados oscilantes se definen como aquellos en los que tanto el candidato demócrata como el republicano pueden ganar. El resultado de estos probablemente determinará el resultado de las elecciones de 2024. 

Los siete estados clave son Pensilvania, Carolina del Norte, Georgia, Michigan, Arizona, Wisconsin y Nevada. Juntos, representan 93 votos del Colegio Electoral. En estos siete estados en disputa, ni Kamala Harris ni Donald Trump tienen una ventaja definitiva, ya que las encuestas están muy ajustadas.

Desempeño económico bajo gobiernos republicanos vs demócratas

En términos generales, los gobiernos republicanos tienden a favorecer una regulación limitada de la economía. Los intereses empresariales están por encima de todo.

Los demócratas, por otro lado, creen en intervenir en la economía para regular los negocios. Los intereses sociales están en la parte superior de la lista.   

Históricamente, la economía de EE.UU. ha crecido más rápido, según las medidas del Producto Interior Bruto (PIB) real, durante las presidencias demócratas. Además, la economía tiende a producir más empleos, reducir el desempleo, generar mayores beneficios corporativos e inversión, y aumentar la producción industrial. 

La realidad, sin embargo, es que el desempeño económico no solo está afectado por el gobierno de EE.UU., sino también por múltiples factores internacionales, como guerras, el desempeño económico global, los precios del petróleo y muchos más. 

Aún más, el gobierno de EE.UU. ha tenido un déficit presupuestario durante décadas, independientemente de qué partido liderara el país. Como resultado, el papel del gobierno en la economía ha seguido aumentando. 

La candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, probablemente continuará con la agenda del presidente Joe Biden, que incluye políticas fuertes para mantener la competencia, preservar el medio ambiente, reducir el costo de vida, apoyar el crecimiento, la equidad racial, los derechos civiles y leyes de inmigración más suaves. Su agenda también incluye financiamiento para pequeñas empresas. 

Harris anunció que planea préstamos totalmente perdonables de 20.000 $ para emprendedores negros para iniciar negocios, una deducción fiscal de 50.000 $ para nuevas pequeñas empresas e incluso propuso dar a las familias un crédito fiscal de 6.000 $ para recién nacidos en su primer año de vida y restaurar un crédito fiscal de la era de la pandemia de 3.600 $ por niño para familias de clase media y baja. 

Estas políticas pueden aumentar la maltrecha deuda de EE.UU., pero probablemente mantendrán la economía a flote. La Reserva Federal (Fed) probablemente continuará recortando las tasas de interés, ya que el crecimiento económico puede seguir siendo lento pero en camino.

El ex presidente Donald Trump, el candidato republicano, ya afirmó que su gobierno se centrará en aranceles más altos y menores impuestos, lo que podría debilitar la economía de EE.UU. y hacerla menos competitiva. Trump llamó a los aranceles "la palabra más hermosa del diccionario" y dijo que los usaría para defender el estatus de moneda de reserva del Dólar estadounidense, mencionando aranceles de hasta el 60% en productos chinos y del 10% al 20% en otras importaciones. 

Los aranceles no son una broma, ya que esto aumentaría los precios de los bienes. La Fed podría entonces tener que interrumpir los recortes de tasas de interés y, en el peor de los casos, aumentar las tasas de interés. Eso resultaría en lo que el país ya ha vivido en los últimos años: crecimiento lento, aumento de la inflación y mayor desempleo.

Una nota final: el Comité para un Presupuesto Federal Responsable señaló que un gobierno de Harris costará aproximadamente 3,5 billones de dólares. Una victoria de Trump, por otro lado, aumentará la deuda del país en alrededor de 7,5 billones de dólares. 

Conclusión

La economía es una de las principales preocupaciones de los estadounidenses en las elecciones de este año. La economía de EE.UU. ha tenido un buen desempeño bajo las administraciones de Trump y Biden según casi todos los indicadores, como el crecimiento o la creación de empleo, salvo el impacto de la pandemia de Covid-19. 

Si bien los aspectos clave de la política económica divergen considerablemente entre Trump y Harris (impuestos, aranceles, gasto o inmigración), la capacidad del gobierno para implementar reformas de gran alcance dependerá en última instancia de quién controle la Cámara y el Senado. 

Incluso en un escenario de control total de los poderes ejecutivo y legislativo por el mismo partido – actualmente poco probable, según las encuestas – las fortunas de la economía de EE.UU. podrían estar impulsadas por factores externos e impredecibles. Al final, la capacidad de un presidente para ejercer una influencia decisiva sobre la economía es más limitada de lo que muchos votantes perciben.      

Un gobierno demócrata de Harris parece ser el más benigno en el escenario actual, independientemente de la preferencia política, ya que mantendrá la economía de EE.UU. en el camino actual: reducción de la inflación, menores costos financieros, empleo estable y crecimiento modesto. Por el contrario, un gobierno de Trump otorga tiempos tumultuosos pero entretenidos para los mercados financieros.